LA CONSTRUCCIÓN DE LOS MUNDOS VISUALES


" ESTO NO SON LAS TORRES GEMELAS", María Acaso.
  
La gente de la calle que nos encontramos a diario en el metro o en el autobús, ¿cómo ve las imágenes con las que se cruza a diario? ¿Las ve o las lee?
  
Todos los días observamos alrededor de 800 imágenes por todas partes: en la calle, en casa, en el trabajo o las clases... y existen distintos tipos de imágenes. Vemos imágenes en los informativos, bien televisión o prensa; en relación al deporte o los cotilleos, en la prensa rosa, programas del corazón, periódicos, etc., y, también, encontramos imágenes artísticas: en libros, series, películas o cuentos. Y bien, ¿sabemos lo que quieren transmitir todas las imágenes que vemos en todos estos medios? ¿Es real todo lo que observamos, pero que la mayoría no sabemos leer? La respuesta es, probablemente no. La imagen de las torres gemelas de la portada del libro no es real, es una representación de ellas, igual que las imágenes de su derrumbamiento. 

Siempre hemos dicho que una imagen vale más que mil palabras, pero, las palabras son reales más veces que las imágenes, en muchos casos. Así, muchas veces el mundo de las imágenes parece incluso más real que la realidad. De esta paradoja, obtenemos la llamada hiperrealidad, los mundos visuales y la cultura visual. La hiperrealidad se construye mediante las imágenes que a su vez crean los mundos visuales de los que vivimos rodeados, y la cultura visual aparece gracias a la cotidianidad de todas estas imágenes. Cuando un elemento irreal convive con la gente a diario, consideramos el elemento perteneciente a la cultura visual, como cuando nos referimos al partido de la noche anterior o al chico que anuncia esa colonia, que conocemos todos. 

Consideramos a todo esto terrorismo visual, referido al terror que pueden llegar a transmitir estas imágenes. Y en relación a este terrorismo, acabamos hablando de lo que ya conocemos: los estereotipos en los anuncios y otras imágenes. De todos es sabido que los anuncios se usan para vender un producto. Dicho producto aparece junto a una mujer delgada, guapa y rubia o junto a un hombre musculoso, moreno y alto. De este modo, volvemos a representar una imagen tantas veces irreal, que como no sabemos leer, nos engaña. Nos hacen pensar que este coche nos permitirá tener una familia unida y feliz o a la chica de nuestros sueños, y que con esa colonia nos convertiremos guapas o guapos en el momento. 

Considero que la reflexión pertinente es comenzar a intentar leer todo lo que vemos, porque sí, una imagen vale más que mil palabras, pero hay que encontrarlas cuando están ocultas.



Lucía Gago e Irene Cañadas

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